COSMOLÓGICA (PRUEBA)
En el libro XII de la Metafísica, Aristóteles ofrece un argumento que fue proseguido, refinado y completado por otros autores, especialmente en la Edad Media y en la época moderna. El más conocido e influyente de estos autores es Santo Tomás. En su S. Theol., I, q. I, 1 a 2, 3, Santo Tomás presenta quinque viae —«cinco vías» o «cinco maneras»— para probar la existencia de Dios (véase Dios y Tomás de Aquino [Santo]). Las tres primeras —fundadas en relaciones entre algo que se mueve y lo que hace que se mueva (véase Omne quod movetur ab alio movetur), entre un efecto y la causa del efecto, y entre una realidad contingente y otra realidad de la que la primera depende; son distintas maneras de presentar lo que se llamó luego «argumento cosmológico» y «prueba cosmológica». De alguna manera, esta prueba consiste en una unificación de las tres citadas primeras «vías» o «maneras». Según algunos autores, es una unificación