CERTIDUMBRE

Se ha equiparado a ve­ces la certidumbre con la evidencia, pero se han propuesto definiciones y clasificaciones de la primera que no corresponden siempre exactamente a las de la segunda.

Los escolásticos hablaban de certidumbre como de «un estado firme de la mente». Esto no garantiza aún, en principio, que el contenido del estado de la mente corresponda a la realidad, pero se puede suponer que hay tanta mayor correspondencia con la realidad cuanto mayor sea el grado de «firmeza». Hay diversas clases de certidumbre. Por un lado, hay una certidumbre subjetiva; por otro lado, una objetiva. La certidumbre subjetiva conlleva un asentimiento, pero no el fundamento de este asentimiento. La certidumbre objetiva conlleva el fundamento del asentimiento; fun­damento que puede ser un testimonio o una autoridad digna de creencia.

La certidumbre subjetiva es, por lo general, «meramente subjetiva». Cuando es «verdaderamente subjetiva», entonces se convierte en