BIEN COMÚN
Desde el momento en que se planteó el problema de la naturaleza de la sociedad humana agrupada en Estados que pueden, o deben, proporcionar a sus miembros un bien o serie de bienes para facilitar su subsistencia, bienestar y felicidad, se suscitó la cuestión ulteriormente llamada del «bien común». Dentro del pensamiento filosófico griego hallamos, pues, ya la cuestión del bien común en las discusiones de los sofistas y en Platón. Sin embargo, si se estima, con Platón (Rep., IV), que tal bien común trasciende los bienes particulares en tanto por lo menos que la felicidad global o del Estado debe ser superior, y hasta cierto punto independiente de la felicidad de los individuos, entonces la cuestión del bien común carece de una dimensión esencial: la del modo de participación de los miembros del Estado en el bien común.
Esta última dimensión fue tratada por Aristóteles (Pol. III) al