TEÍSMO
Los que se llamaron a sí mismos «teístas», en los siglos XVII y XVIII —principalmente el último—, consideraban que el teísmo es la doctrina que afirma la existencia de Dios. El teísmo se opone pues, al ateísmo, que niega tal existencia. De un modo general, el teísmo es lo mismo que el deísmo. Sin embargo, el teísmo se ha opuesto asimismo al deísmo. El deísmo tiende a equiparar la ley divina con la ley natural. Con ello, según los teístas, ha desembocado en una negación del carácter personal de Dios. Pero la negación de este carácter personal equivale, al entender de los teístas, a la negación de la existencia misma de Dios. Por eso los deístas fueron