NO-YO
En las filosofías idealistas, y en particular en las filosofías idealistas extremas o radicales, el «objeto» o el «mundo» son descritos o, más exactamente, «puestos» como lo «contra-puesto» al Yo, entendiendo éste, por lo pronto, como Yo trascendental. Por consiguiente, lo primario es el Yo y sólo a partir de éste puede «deducirse» el no-Yo.
Tal sucede sobre todo en el pensamiento de Fichte. Este filósofo comienza con una proposición absoluta: la proposición «A = A». Esta parece ser una proposición «vacía». Pero deja de serlo cuando consideramos que el «A» de que se habla al decir «A = A» no es primariamente cualquier objeto (pues entonces no habría razón para decir que es idéntico a sí mismo), sino el Yo, cuya realidad consiste justamente en su identidad